viernes, 13 de marzo de 2015

Un acto de revolución



A lo largo de la vida se nos ha enseñado a analizar de forma superficial el comportamiento de la tierra, su movilidad alrededor del sol y sobre si misma además de su ubicación como sistema solar dentro de la galaxia espiral; ese mar de estrellas desapercibido para quienes en la noche siempre habitan la luz, pero generoso y esplendoroso en el silencio de la oscuridad.
En este misterio de luces, en la Italia de 1600 el llamado “Padre de la astronomía moderna”, y el más claro ejemplo del conflicto entre religión y ciencia: Galileo Galilei, astrónomo, filosofo, matemática y físico, se atrevió a ser protagonista de la revolución de las ideas desafiando al Papa Urbano VII y al tribunal del santo oficio (La Inquisición). Galileo expuso públicamente conceptos contrarios a los ya establecidos y visionados por la iglesia acerca de la órbita de nuestro planeta alrededor del astro rey, lo cual le valió condenación y detención.  Encerrado por ocho años de forma domiciliaria, en condiciones que lo llevaron a su fin. El mismo papado, con el tiempo, públicamente lo reconoció como el “audaz héroe de la investigación”.
En la misma línea de mentes inquietas y revolucionarias por encontrar el reconocimiento de ideales, de teorías, de sueños y visiones, se han forjado nuevas formas de pensamientos y una multiculturalidad social y religiosa. Se hace necesario que para que todo esto no se quede en un individualismo, egocentrismo y actos de extremistas fundamentalistas, se ejerza el reconocimiento del otro como parte de uno mismo.
Tignous, el caricaturista asesinado del semanario ‘Charlie Hebdo’, manifestó en una de sus entrevistas a Colombia, en 2010, que “no estaba seguro de que un dibujo pueda llevar a la paz o a la guerra”. Reflexión que hace para argumentar que a pesar de toda libertad, crítica y sátira, nada puede justificar un acto de terror ante una manifestación de revolución de ideas. Por lo que debemos poner a funcionar “nuestro Galileo interior” y en estos días de represión retar la visión oficial de fanáticos con ideales del verdadero dios: la verdad.

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